La última aventura del espejo ladrón

La última aventura del espejo ladrón
Resumen generado por IA
25 personas fueron detenidas por consumir y distribuir pornografía infantil generada por IA. La noticia plantea inquietudes sobre la explotación sexual infantil y la definición de 'víctima' en delitos sin víctimas reales. Se destaca la atribución de realidad al mundo de la fantasía digital.
Este resumen ha sido generado automáticamente por inteligencia artificial y puede contener imprecisiones.

Hace unos días, leía que 25 personas han sido detenidas por consumir y distribuir pornografía infantil generada de cero por la inteligencia artificial (IA). Confieso que la noticia me suscitó variadas inquietudes en racimo. La primera, y más evidente, tiene que ver con la explotación sexual de la infancia, que, por desgracia, no revela ninguna novedad que obligue a razonar más allá de la enésima expresión de repugnancia moral. Aquí la cuestión se complica por dos vías concomitantes. Por un lado, nos hallaríamos ante el caso infrecuente de un delito sin víctimas, pues no solo no se ha visto dañado ningún niño real, sino que ni siquiera ha habido ninguna agresión metonímica, como sí las hay, en cambio, en las llamadas deepfakes, donde son utilizadas imágenes de personas realmente existentes, a las que se obliga de esta manera —se las fuerza tecnológicamente, digamos— a proporcionar placer sexual a los que las confeccionan o las contemplan. Al mismo tiempo, y esto sí es novedoso, este concreto “delito sin víctima” presupone la atribución de realidad independiente y material (no “ficticia”, como la de las películas o las novelas) al mundo de la fantasía digital.
¿Qué impacto puede tener esta noticia?
Aumento de la preocupación por la explotación sexual infantil, incluso en entornos virtuales.
Debate sobre la definición de 'víctima' en delitos relacionados con IA y contenido generado digitalmente.
Posible necesidad de nuevas leyes y regulaciones para abordar la pornografía infantil generada por IA.