Las ‘cantareiras’, las gallegas que custodiaron en las aldeas la poesía oral, llegan al Parnaso

Las ‘cantareiras’, las gallegas que custodiaron en las aldeas la poesía oral, llegan al Parnaso
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Por primera vez, el Día das Letras Galegas honra a las mujeres que, sin ser escritoras, preservaron la lengua gallega a través del canto y la tradición oral. Estas mujeres, cantareiras y pandereteiras, transmitieron letras ancestrales de generación en generación, especialmente en el ámbito rural. Aunque inicialmente no eran profesionales, algunas comenzaron a ser reconocidas y a actuar en eventos, incluso cobrando por sus actuaciones, como las Pandereteiras de Buxán.
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Nunca antes el Día das Letras Galegas, que tiene por norma rendir homenaje cada año a un autor fallecido hace al menos una década, celebró la aportación a la lengua de un montón de mujeres. Incontables gallegas que, además, nunca escribieron, pero que en los trabajos colectivos del campo y en la casa, en celebraciones improvisadas, cantaban letras ancestrales, legadas entre abuelas, hijas, nietas, tías, vecinas. Los gaiteiros eran artistas profesionales que se ganaban la vida tocando; ellas, no. Pero en los años sesenta algunas de estas cantareiras y pandereteiras empezaron a ser llamadas para participar en grandes fiestas, y a subirse a los escenarios. Y algunas, como las Pandereteiras de Buxán, comenzaron a cobrar.