Los milagros de San Pancracio y la patronal catalana

Los milagros de San Pancracio y la patronal catalana
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La noticia explora la leyenda que vincula a San Pancracio con la victoria de Jordi Pujol en las elecciones catalanas de 1980. Pujol, representante de una Cataluña trabajadora y conservadora, se identificaba con la devoción a San Pancracio. Sin embargo, el artículo contrasta esta imagen con revelaciones posteriores sobre los depósitos bancarios de Pujol en Andorra, sugiriendo una contradicción entre la supuesta ética de trabajo y ahorro y la realidad financiera. El texto finaliza recordando la corta vida del santo y la posterior atribución de milagros.
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La leyenda convergente atribuye a San Pancracio la victoria de Jordi Pujol en las primeras elecciones catalanas de 1980. El santo en cuestión venía a ser el patrón de esa Cataluña silenciosa, madrugadora y trabajadora que no quería huelgas, extremos ni ruidos: Sant Pancraç, salut i feina al nostre braç. Pujol aseguraba unos meses antes de aquellos comicios: “Procedo de familias que en sus casas tenían una imagen de Sant Pancraç colgada en la pared”. En un artículo posterior y para aclarar remachó el clavo: “Mi origen es el de la pequeña burguesía catalana, incluso muy pequeña, que rendía culto al trabajo, ahorradora y sentimental. Mi origen no es la alta burguesía”. El paso de los años se encargaría de mostrar que esa burguesía “muy pequeña” –más allá de la virtud del ahorro– contaba con depósitos bancarios en Andorra, lo que tal vez no sería del gusto de Pancracio. Las leyendas, en general, tienen las patas muy cortas y el santo de marras solo vivió 14 años: fue decapitado por orden de Diocleciano por el mero hecho –aseguran– de ser cristiano. Los milagros llegaron luego, como casi siempre.